Otra fiesta

Ahora parece que paso todos los fines de semana en fiestas... Confieso que esto, algo tan normal para la mayoría de la gente, es extraordinario para mi, siendo, como diría la gente quien me quiere, una persona privada, y los que no, retraída y floja. En teoría me gustan las fiestas, pero me siento incomoda hablando con la gente que no conozco, con mucha presión de decir algo inteligente y divertido.
Por el giro de mi trabajo tengo la suerte de conocer mucha gente super inteligente y exitosa, personas que ya tienen tanto que realmente podrían parar pero siguen adelante alcanzando más. Escriben libros, estudian maestrías, PhD, nuevos idiomas, dedican tiempo famílias, avanzan en su carrera laboral, viajan, etc, etc, etc. Es casi imposible sentirse inferior a ellos!
En mi plan de mejoramiento personal decidí, primero, perderle el miedo al mundo :) y, tal vez por ahora, forzar a abrirme y no sentirme intimidada, y segundo, aprovechar la oportunidad de aprender de ellos.
El viernes pasado fuí invitada a la fiesta de cumpleaños del papá de mi amiga aquien también conozco. Su esposa es una cocinera maravillosa, hasta tiene su propio libro se cocina! Nos ofrecieron ceviche blanco y verde de sierra para empezar y luego la mejor paella que he comido en mi vida. Y para postre Cristina hizo pasteles de queso y moras, y chocolate con almendras. Espero que algun día ella concede darme un par de clases de cocina y yo comparto lo que sé se la cocina rusa.
El cumpleañero es español, y aunque paso la mayor parte se su vida en México, mantiene muchas tradiciones españolas, entre cuales, muchos vinos vuenos que acompañamos con los quesos que hace el esposo de una amiga nuestra en su fábrica.
Henrí no pudo ir porque tenía clases por eso acompañe otra amiga, cuyo esposo no fue tampoco porque ese día llevo sus niñas al concierto de Aleks Synteks.
En la fiesta volví a ver muchos amigos y conocidos con quien no he tenido contacto en un buen rato, y disfruté de la oportunidad de platicar e intercambiar las noticias con ellos.
Cuando se acabo, Elvira y yo fuimos a recoger su esposo e hijas al Auditorio Nacional y luego me llevaron a casa donde mi amorcito estaba desempacando las cosas que compró en el super. El pobre fue solito! Toda la semana habiamos estado inventando recetas con lo que nos quedaba en la alacena, pues después de cu cumple se Henrí ya no pudimos ir de compras..
Ahora estamos tranquilos en casa, y ahora que Henrí tomó un descanso vamos a la farmácia para comprar unas inyecciones de vitamina B que me recomendaron mucho. se supone que te llenan de energía. Como sigo con el problema de cansancio permanente voy a probarlas y luego les cuento!